martes, 26 de julio de 2011

Fin de los tiempos, el Juicio final, la Parusía y el Fin del mundo

Fin de los tiempos, el Juicio final, la Parusía y el Fin del mundo
Es común pensar que el Fin de los tiempos, el Juicio final, la Parusía y el Fin del mundo son lo mismo, pero no es así. Tal es la confusión de términos, que a un pastor protestante, de nombre Harold Camping, líder de una secta neo-pentecostal anglo-sajona de California, Estados Unidos, se le ocurrió afirmar que el Fin del mundo ocurriría el pasado 21 de mayo, pero al día siguiente, no teniendo cómo celebrar el éxito de su razón (gracias a Dios) afirmó que se equivocó un poco en sus cálculos y que el Fin del mundo ocurrirá el próximo 21 de octubre.<br />
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El verdadero fin del mundo tendrá lugar, es indubitable, pues sería ocioso afirmar que el mundo es eterno, cuando que eterno sólo es Dios y el mundo sólo forma parte de su obra creadora. Jesucristo lo anuncia cuando afirma ?Estaré con ustedes todos los días hasta el fin de mundo? y la ciencia conoce que el universo está en expansión, que en algún momento dejará de expandirse para luego iniciar un proceso de contracción, que las estrellas tienen una vida determinada, y que el sol, como todas, dejará de arder cuando implosione y absorba a la Tierra y a los demás planetas de su Sistema, para luego explotar y diseminarse por gran parte del universo. Hoy sabemos mucho, como se ve, pero lo que no sabemos todavía es cuándo sucederá.<br />
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El fin del mundo estará señalado previamente por varios acontecimientos que la sagrada Escritura describe claramente. Primero tendrá que iniciar el Fin de los Tiempos; de los tiempos que conocemos, del Tiempo de los gentiles, de la Iglesia, del Tiempo de la plenitud o de la Plenitud de los tiempos; un Tiempo que iniciara en la noche de Navidad, con el nacimiento de Cristo, y que tampoco es un tiempo eterno, pues, por principio, el tiempo es lo más opuesto a la eternidad.<br />
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Hacia el Fin de los tiempos ya se habrá edificado el nuevo Templo de Salomón, en Jerusalén, y habrá de manifestarse el Anticristo, un personaje de carne y hueso, líder civil o militar, que gobernará sobre varias naciones y que logrará un tratado de paz en favor de Israel, que para entonces lo alabará como el mesías que espera. Estos sucesos ocurrirán en medio de una Gran Tribulación por la que la humanidad estará pasando, momento en el que el Anticristo se lanzará también contra Israel, suprimirá el sacrificio en el Templo y vendrá la conversión de los judíos con el razonamiento de que ?si este no es el mesías, entonces es Aquel a quien crucificamos siglos atrás?, un razonamiento que les hará llamar a Cristo: ?Ven Señor Jesús? y Él retornará en la Parusía, rodeado de sus ángeles, al llamado de su Pueblo y derrotará al Anticristo, con el soplo de su aliento, en la batalla final de Armagedón.<br />
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Luego de la gran tribulación, mediante la que será depurada, la humanidad habrá experimentado una conversión total a Dios. Entonces tendrá lugar el Juicio final en el que el Señor llamará a su derecha a sus corderos implementando un reinado de paz, de muchos siglos, con el resto de la humanidad que le será siempre fiel, un periodo de paz como no se conoce, en el que el hombre quedará liberado plenamente de la acción del demonio. Así lo afirma el Catecismo: ?Al fin de los tiempos el Reino de Dios llegará a su plenitud. Después del Juicio final, los justos reinarán para siempre con Cristo, glorificados en cuerpo y alma, y el universo será renovado? (1042).<br />
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Luego del reinado de paz, traído por Cristo a la Tierra, ocurrirá el fin del mundo, que no significa, tampoco, que sea el fin de la humanidad. El Catecismo lo explica sí: ?Ignoramos el momento de la consumación de la tierra y de la humanidad, y no sabemos cómo se transformará el universo. Ciertamente, la figura de este mundo, deformada por el pecado, pasa, pero se nos enseña que Dios ha preparado una nueva morada y una nueva tierra en la que habita la justicia y cuya bienaventuranza llenará y superará todos los deseos de paz que se levantan en los corazones de los hombres?. (1048).<br />
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Como se ve, la interpretación verídica de la Escritura es esperanzadora, no como la lectura protestante fundamentalista extremista de un pastor estadunidense que proclama que el regreso del Señor viene acompañado del fin del mundo. Así que todos tranquilos y felices, pero que toda esta confusión nos sirva para acudir al confesionario a reconciliarnos con este Dios tan amoroso, el Dios-Papá que Jesús nos dio a conocer.<br />